exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas

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Electrónico
¿Para qué sirve la electricidad? Cuenta la historia que la primera compañía en instalar el tendido eléctrico de una ciudad -en Nueva York, hacia 1880- prometía alimentar el nuevo sistema de alumbrado y, en el futuro, a los tranvías. Pocos atisbaban lo que vendría después. Oleadas de aparatos inundaron la vida moderna. Los transistores dieron lugar a los circuitos integrados. Los flujos de electrones pudieron ser redirigidos para transmitir y almacenar información. El siglo XX se cubrió de electrónica. Radios, radares, satélites, televisores y computadoras tendieron una red de transmisiones en vivo, que llevaron a McLuhan a soñar con el surgimiento de una Aldea Global. En ella volveríamos a sentir la presencia cercana de todos nuestros semejantes y compatriotas, del mismo modo en que los pueblos antiguos compartieron -quizás- su vida y sus rituales. Volveríamos al mundo de la oralidad, donde los mensajes se pronunciaban y actuaban de cara a un público siempre expectante. Para McLuhan la era del libro había sido un paréntesis. Marinetti habló de la “imaginación sin hilos”. Los constructivistas rusos soñaron diseminar transmisores de radio por todo el planeta, que alentarían el avance de la Revolución. Mientras se abarataban los dispositivos, cada vez más artistas se abocaban a un arte electrónico, que a veces conservaba visos de alquimia. Nam June Paik, en los años 60, fabricó collages de materiales televisivos, llenos de ruido y delay. En 1970 William Burroughs escribió La revolución electrónica. En esa obra por momentos desquiciada, mezcla de manual de uso y tratado teológico, Burroughs llama a usar los medios electrónicos para deshacerse de los sentidos de realidad heredados. Casi una lucha biológica, el cut-up y el remix de imágenes y sonidos ayudarían a desprogramar el sistema nervioso. Lo supieran o no, todos los artistas electrónicos que le siguieron hicieron suyo ese programa. Por último, cabe distinguir lo digital como una subespecie de la electrónica. En la era digital, la electrónica aumentó exponencialmente su capacidad de procesar y almacenar información. Codificadas en variables digitales -unos y ceros-, las señales eléctricas dieron lugar a las computadoras personales y las redes globales. Palabras, imágenes y sonidos habitan desde entonces un mundo virtual. Y las consecuencias de ese traspaso aún se desconocen.