exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas

madí | manifiesto
Madí
El movimiento Madí comenzó en Argentina y Uruguay en 1946. La tríada de ese momento inicial fueron los uruguayos Carmelo Arden Quin, Rhod Rothfuss y el poeta húngaro nacionalizado argentino Gyula Kosice. Hay varias versiones sobre el origen de su nombre: las siglas de “materialismo dialéctico”; una deformación del lema republicano en la Guerra Civil Española; el acrónimo de cuatro conceptos básicos del movimiento, que son el movimiento, la abstracción, la dimensión, la invención; o, directamente, como dijo el mismo Kosice, es una mera invención como “Dadá”. El antecedente inmediato de Madí es el movimiento Arte Concreto-Invención, cuya revista emblemática, Arturo, data de 1944. Arte Concreto-Invención rechazaba el arte figurativo, se reconocía heredero de las vanguardias históricas y proponía reemplazar el término romántico de “creación” por el “invención”, abriendo el camino a las utopías estético-tecnológicas caras a Kosice. De allí Madí fue elaborando las propuestas que lo harían conocido como movimiento a nivel mundial: los cuadros de marco irregular, las esculturas con movimiento, las pinturas articuladas y el empleo de materiales no convencionales como el acrílico, el gas neón y los tubos lumínicos. En 1947, el grupo se subdivide luego de que Kosice fundara la revista Arte Madí. De allí en más, suele identificarse a Madí con Arden Quin, quien se radicó en los ’60 en París y lanzó desde allí varios manifiestos. En 1971, Kosice crea "La ciudad hidroespacial", obra en la que plasma los principios del urbanismo espacial. Desde 2005 el taller de Kosice, en el barrio porteño de Almagro, está abierto al público. En 2013 el Centro Pompidou de Paris consagró una de sus salas a su obra y en 2014 se inauguró un Museo de Arte Madí en la provincia argentina de Salta.