exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas

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Entrevista a la artista e investigadora Ilana Boltvinik
Pablo Farneda

Pablo Farneda (P): Quisiéramos conocer tu recorrido artístico en relación a lo tecnológico y cómo es que llegaste a esta relación.

Ilana Boltvinik (I): Creo que mi preocupación, más que la tecnología como tal, es la ciencia. Podemos pensar que corren en paralelo pero no son la misma cosa. Esto empezó hace muchos años, yo quería estudiar ciencia y arte y no sabía bien cómo combinarlo. Esto me llevó a reflexionar sobre el campo expandido del arte, y qué está sucediendo con el arte actualmente. Empecé estudiando ingeniería en energía pero me salí muy rápido de allí porque no estaba encontrando soluciones a mis preocupaciones, entonces mi tesis de licenciatura es sobre esta relación interdisciplinaria. A partir de ahí siempre estuve muy preocupada por la relación de las artes en términos críticos, y sobre todo desde un enfoque bastante social, la pregunta por dónde está situadas, y el arte en sí como un campo expandido. Creo que permite vincular distintas formas de pensar. Desde ese momento en adelante, eso ha permeado todo lo que he hecho.
Mi licenciatura fue en artes, en una escuela en donde había tres orientaciones: pintura, escultura y grabado, muy acotado. Entonces fue un proceso difícil para estos otros temas, también en un momento en donde México no estaba muy abierto a todos estos temas, a lo que estaba sucediendo en el exterior, no era fácil conseguir información, internet apenas empezaba a ser algo un poco más popular, me encontraba con varios problemas.
Mucho de este cruce tuvo que ver con cómo utilizar la tecnología desde otra perspectiva. Cuando hice mi residencia académica en Holanda me percaté de una cosa que ha sido muy importante en mi reflexión, y es que en términos técnicos, tecnológicos, era imposible competir con algunos otros sitios. Mientras aquí estaba yo luchando por conseguir una cámara, allá estaban luchando por conseguir un “laboratorio 3D de manipulación geoestadística visualizada”… Entonces ahí me di cuenta que había un problema bien interesante, del cual tendríamos que reflexionar, porque no se trata de qué tan innovadora es la tecnología, sino de cómo te la apropias y qué uso le estás dando. Entonces empecé a dar clases aquí en el Claustro en un seminario que se llama Nuevas Tecnologías en Arte Contemporáneo, donde veo dos ejes principales: por un lado la revolución informática, sobre todos estos cambios a partir de internet y las posibilidades que esto brindó en términos de autoría, de democracia, colectividad, de intercambio y participación; y por otro lado esta combinación entre arte y ciencia que está desestabilizando conocimientos dominantes, que está cuestionando metodologías y técnicas de investigación, y las aplicaciones propias de la ciencia. Esta revolución biológica, sobre todo enfocada a la revolución genética, también ha transformado nuestro modo de pensar. Por ahí hay muchas conexiones interesantes que permiten realizar una triangulación entre ciencia, arte y tecnología. Esta es mi preocupación.
Además he tenido una particular fijación en el Bioarte. En este cruce de disciplinas y experimentación hemos conformado un colectivo de trabajo, junto con Rodrigo Viñas y Mariana Mañón en el 2009. Trabajamos con basura y estamos constantemente reflexionando sobre distintas perspectivas en las que se puede abordar la basura. Como concepto es posible abordarla en relación a la noción de boundary object u objeto límite. Es un objeto que te permite ser trampolín para pensar y reflexionar sobre otras cosas. El concepto es abordado por una autora que se desprende de la filosofía de Bruno Latour, su nombre es Susan Leigh Star y trabaja esto en un libro llamado Sorting things out. Ella toma la idea de “actante” de Latour para pensar en el actante como un objeto limítrofe que permite esta interacción.
Debido a las propuestas de Tres Art Collective hemos tenido muchas colaboraciones con equipos científicos para realizar proyectos en torno a la basura desde un punto de vista científico, es una relación más en términos científicos que tecnológicos.

 
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