El exploratorio Ludión, que toma su nombre de ese ya lejano dispositivo, según se dice creado por Descartes, al que se conoce también como diablillo de Descartes –a la vez experimento científico y juguete–, se propone como espacio de cruce reflexivo en torno de dos regímenes de producción de lo sensible en el mundo contemporáneo: el arte y la técnica. Vinculado con sucesivos proyectos de investigación radicados en el Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires, el exploratorio dirige su mirada hacia las políticas entramadas en los cruces entre arte y técnica con especial foco en Latinoamérica.