Práctica artística que implica una conceptualización del hacer artístico -una poética-, en vinculación no sólo con la técnica artística específica, sino también con el fenómeno sociotécnico/tecnológico que da forma a ciertos modos de ver el mundo en cada tiempo y lugar. Esto es, en vinculación con el modo en que cada sociedad construye artificialmente mundo. En las tecnopoéticas, arte y técnica confluyen autorreflexivamente como regímenes de experimentación del mundo sensible y potencias de creación. En lo que el arte tiene de trabajo, de práctica del hacer y de construcción, es posible afirmar, junto con Hannah Arendt, que hace mundo, lo que conlleva una instancia fuertemente material, pero a la vez ontológica. Se puede abordar así la producción artística desde una ontología materialista, lo que implica posicionarse desde una mirada que la vincula no solo con el ámbito del hacer artístico, sino también con otros ámbitos de la producción material del artificio humano como mundo. Así, aunque todo arte implica una dimensión técnica, las tecnopoéticas pueden comprenderse como modos de asumir, desde el hacer y su autorreflexividad, el espacio técnico-artístico y el espacio técnico-social. Implican un impulso intenso hacia el reconocimiento de esa doble dimensión técnica del arte y, también, establecen una toma de posición que evidencia su manera de interpretar esa relación. De este modo, en cuanto toma de posición, toda tecnopoética es política. Dependiendo de cuál sea la interpretación, tendremos también diversos tipos de posicionamientos y podría construirse en relación con ellos un mapa crítico de tecnopoéticas que nos daría una figura, un diseño, para cada ambiente técnico considerado en términos tanto espaciales como temporales. (Ver también en el Glosario: poética tecnológica y poética/política tecnológica)