exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas

arte sonoro | ecoarte | instalación

Romina Casile



Yo también canto


Armonía verde… para soltar raíces

Joven artista rosarina, formada en la carrera de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario y en diversas clínicas especializadas. Define su perfil artístico dentro del variado universo de cruce entre arte y tecnología.
En su contexto familiar, Romina Casile siempre ha estado rodeada de músicos. El don de la música, del cual sin embargo dice carecer, aparece en sus obras a  través de la relación entre dispositivos tecnológicos y la música/sonido, como un intento de saldar una deuda pendiente con su identidad, con aquello que en el reparto de la herencia natural no le tocó.
En la obra Yo también canto, Casile articula el lenguaje sonoro y visual dándole forma a una instalación multimedial. Ante la imposibilidad de poder cantar armoniosamente, la artista se propone grabar cada una de las notas musicales de un teclado con su voz. Respetando sus limitaciones musicales, sin ediciones ni correcciones de estilo, Casile se graba con una cámara de video mientras emite cada sonido. De esa manera va componiendo un gran cuadro de imágenes tipo foto carnet, en el que cada imagen de sí misma corresponde a su vez a un sonido distinto. Como parte de la instalación aparece también un teclado ubicado delante de las imágenes proyectadas, el cual sirve para activar los mini videos. Así es como la obra le propone al espectador “hacer cantar” a la artista: mediante la ejecución del teclado se construye la melodía que Casile entona a su manera. Con una estética monocroma, determinada decididamente por el color blanco y negro de las teclas, la tecno instalación resulta amigable para el espectador que capta rápidamente la propuesta de la artista. Asimismo, nos invita a reflexionar sobre las limitaciones naturales del ser humano y las nuevas posibilidades comunicacionales que ofrece la tecnología pensada, en esta obra, a la manera de prótesis estética.
Por otra parte, la obra Armonía verde… para soltar raíces, realizada en conjunto con Carlos Villa, articula lo natural y lo tecnológico en la misma instalación. En este caso, no se trata de lenguaje multimedial en la obra sino de la efectiva comunión de lo vivo y lo artificial. Sobre una superficie cuadrada de césped natural, los artistas instalan por debajo de la tierra sensores de sonido que se activan con las pisadas. La obra, a diferencia de la anterior, es mucho más relacional dado que varias personas pueden pararse sobre el verde al mismo tiempo. Ya sea a través de la acción de caminar o de estar en reposo, la sensibilidad de ese suelo creado transmite sonidos de la naturaleza y de sintetizadores, poniendo en juego nuevamente la combinación de “lo natural” y “lo artificial”. Los artistas buscan crear un ambiente de relajación donde los sonidos dispersos activen los centros energéticos del cuerpo (chakras) de los participantes. Según Casile y Villa, “esta conjunción sonora produce en el espectador una sensación de tranquilidad, paz y armonía”.
La obra fue pensada para ser exhibida en un espacio cerrado de arte tipo galería o museo, justamente para resaltar el concepto de bipolaridad que el montaje propone. “El césped (natural) y las conexiones y dispositivos electrónicos como la computadora o el sistema de audio quedan a la vista del espectador, no se ocultan, por el contrario tienen un lugar a la vista y en continuo diálogo entre sí”. 
Romina Casile demuestra así interés por problematizar la relación entre el arte y la tecnología. La exposición de lo técnico ligado a una estética cuidada no redunda en una exaltación de lo tecnológico sino en una búsqueda original donde dialogan dos modos de ser (lo natural y lo artificial) logrando cierta comunión.

Video registro Yo también canto

Video registro Armonía verde… para soltar raíces