exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas

High Tech-Low Tech | decolonialidad | tecnologías obsoletas

Jorge Crowe



Ludotecnia (2015)


Kinemancia (2021)


Kinemancia (2022)

Jorge Crowe (1976) es artista audiovisual, docente y desarrollador. Es oriundo de Tunuyán, Mendoza, actualmente reside en Villa Elisa, La Plata, y desarrolla su trabajo en Buenos Aires y alrededores. En su obra recurre a la reutilización y restauración de materiales electrónicos analógicos y digitales para la creación de instalaciones y objetos sonoros que incorpora en experiencias audiovisuales en vivo. Su experimentación sobre materiales obsoletos -desechados, recuperados de mercados de pulgas o de la calle- involucra la práctica de circuit bending: conectar diversos componentes desviando sus funciones respecto del diseño original. Tal es el caso de Ludotecnia (2015), una performance audiovisual en la que convergen los sonidos de juguetes modificados y sus movimientos proyectados en gran formato. Las acciones son registradas por pequeñas cámaras desde el “escenario” -una mesa con los artefactos y luces- e intervenidas durante la experiencia, dando lugar a imágenes oníricas de los juguetes que cobran vida como una orquesta fluorada. El universo de ciencia ficción que la obra presenta se arraiga en la recuperación de los juguetes, como artefacto significativo de la niñez, materia de la imaginación y también de la memoria. Emerge entonces la posibilidad, la fantasía, de reconocer lo que aquellos objetos técnicos pueden escenificar de otros tiempos y experiencias más allá de un recuerdo preciso. La experimentación se convierte en espacio intergeneracional valiéndose de la carga afectiva de los juguetes; contribuye a abrir el interrogante acerca de cuándo y por qué un juguete puede obsolescer. Al movilizar su doble condición de objeto del juego y materia parlante rescatada, la experimentación en la obra es técnica y poética, pero también es parte de la condición misma del juego: si jugar es experimentar con juguetes, intervenirlos es una forma de volver a jugar con ellos. En línea con estos intereses, Crowe coordina desde 2008 el Laboratorio de Juguete, un espacio para la experimentación con electrónica; e integra Flexible, un proyecto de Arte, Ciencia y Tecnología para la infancia.

La exploración sobre los objetos como soportes de memoria es también una cualidad de Kinemancia (2021), parte de la serie Memorias magnéticas. En este caso, la performance consiste en la puesta en acto de una máquina fabricada por Crowe a partir de casettes y reproductores, partes de impresoras, teléfonos, máquinas de escribir, lavarropas, juguetes pequeños, entre otras piezas. Tanto los sonidos de la máquina como los de las cintas magnéticas de los casettes son procesados a través de una computadora y un controlador MIDI. Se proyectan en simultáneo imágenes intervenidas procedentes de las cámaras incorporadas en el objeto técnico, que van mutando conforme cambian las acciones que realiza. En palabras del artista, se trata de un dispositivo que emerge de la indagación sobre la tecnología cinematográfica, en una búsqueda por otras formas estéticas y técnicas de hacer cine. Los casettes se convierten en una materia central para la obra, en una búsqueda por activar la dimensión emocional que comportan estos objetos, no sólo como soportes de almacenamiento, sino como materia de la memoria individual y colectiva. Este “artefacto mediático intertemporal” se vincula también con la reflexión sobre la obsolescencia a través del interrogante acerca de lo perdido u olvidado por acción de la innovación constante, que a su paso convierte en desechos a los materiales anteriores, y con ellos a las expresiones culturales y memorias que ahí anudan. 

En las instalaciones La voz de la fuente (2017), Modo submarino (2018), Mecatrónica (2018) y !AV (2018) el casette es parte de diversos dispositivos de exploración de la sonoridad de la actividad electromagnética. Los objetos sonoros reactivos que Crowe construye, al igual que las experiencias audiovisuales descritas, recurren a sistemas de baja tecnología (o Low Tech) polemizando con “la superioridad política y estética que pretende fundarse en el predominio técnico”, como sugiere Rodrigo Alonso en “Elogio de la Low-Tech”. En América Latina, como región subalternizada del desarrollo económico y tecnológico, la potencia de estas prácticas radica en proponer modos otros de vincularse con la técnica, a la vez que despiertan interrogantes acerca de las problemáticas de las sociedades postindustriales. 



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