Génesis, 1998/9, instalación
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Génesis, 1998/9, instalación
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Génesis, 1998/9, instalación
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Eduardo Kac (Río de Janeiro, 1962) es conocido internacionalmente por su incursión en el campo del bioarte y su creación del “arte transgénico”. Iniciándose en los setenta en la poesía visual y la performance, es en la década del ochenta que comienza a trabajar con nuevos medios buscando trascender la pantalla y la producción de objetos. Es así que crea los términos de holopoesía y arte de la telepresencia para denominar dos tipos nuevos de producciones: aquellas que van más a allá de la poesía digital produciendo hologramas poéticos y aquellas otras que posibilitan la interacción y participación remota del público.
A modo de manifiesto, en “El arte transgénico” (1998), Eduardo Kac precisó lo que sería su nuevo proyecto artístico: un arte basado en el uso de las técnicas de ingeniería genética para crear organismos vivientes singulares. Junto con este texto, Kac propuso la creación de un perro verde fluorescente y su posterior integración en el medio social. Para ello, se debía injertar en el embrión de un perro la Proteína Verde Fluorescente -cuyas siglas en inglés son GFP (Green Fluorescent Protein)- extraída de la medusa “Aequorea Victoria”. Dos años más tarde, en el 2000, luego de contactar diferentes instituciones que colaborasen con su propuesta, un equipo de científicos franceses finalmente aceptó y el proyecto fue realizado no en un perro, sino en una coneja, hoy conocida como
Alba, centro de una pelea judicial entre Kac (“el artista”) y el laboratorio francés (“los científicos”). La disputa dio origen a un nuevo proyecto, “Free Alba”, que apunta, mediante una fuerte presencia en distintos medios de comunicación, a la liberación y recuperación del animal. En un texto publicado en el libro
Hipercubo(ok): arte, ciencia y tecnología en contextos próximos, Kac enunció un conjunto de consignas rectoras de su arte transgénico. Entre ellas, mencionó el diálogo interdisciplinario entre arte, ciencia, filosofía, derecho y ciencias sociales en torno a las implicancias culturales y éticas de la ingeniería genética; la comunicación intra-especies entre seres humanos y animales transgénicos como una noción no-semiótica de la comunicación a partir de la posibilidad de compartir material genético con otras especies; y el cuestionamiento de las nociones de normalidad, heterogeneidad e hibridación para el respeto e integración social de las nuevas criaturas transgénicas. Según Kac, al incorporar la invención de la vida, los límites prácticos y conceptuales del trabajo artístico se expanden y la estética cambia su significado. En este contexto, plantea el artista, el arte interactivo del siglo XX tardío debe ser revisado a la luz de un tipo de interacción que se establece no entre máquina y ser humano, sino entre vida transgénica y persona.
En
Génesis (1998/99), una obra transgénica que antecede a la creación de la coneja fluorescente, Kac puso en cuestión la sanción divina respecto de la supremacía de la humanidad sobre la naturaleza, explorando la triple relación entre biología, tecnología de la información e interacción dialógica.
Génesis se basó en la creación de lo que su autor denominó un “gen artístico”, es decir, un gen sintético inventado por el artista. Este gen tradujo una frase del Génesis al código Morse, convirtiéndolo luego en una base de pares de ADN. El texto genético transcribía: “Que el hombre tenga dominio sobre los peces del mar, sobre los pájaros del aire y sobre todo ser viviente en esta tierra”. La exhibición permitía la participación local pero también remota -a través de Internet- mediante el apagado y encendido de una luz ultra violeta. La proteína fluorescente en la bacteria respondía a este estímulo, emitiendo una luz amarilla visible. Al encender la luz, se producían distintos colores en la caja de vidrio donde la bacteria estaba exhibida. En relación a esta obra, Kac explicó: "Hoy el triple sistema de lenguajes de Génesis (lenguaje natural, código ADN y lógica binaria) es la clave para entender el futuro […]. Los límites entre la vida basada en carbono y la data digital se están volviendo tan frágiles como la membrana de una célula".
El bioarte se asienta en la disipación de la frontera entre lo natural y lo artificial. Los trabajos de Kac se apoyan en un cuestionamiento fundamental a la distinción occidental entre
physis y
tekhné: lo natural y lo artificial. Sus obras actúan como una impugnación al supuesto de una naturaleza originaria, abordando a los conceptos de vida y naturaleza como construcciones de época. Pero, más profundamente, la vida y la naturaleza son, en su arte transgénico, objetos de diseño. Es así que, cuando Kac plantea reflexionar sobre la condición humana transgénica, pasa por alto la diferencia que existe entre lo que podría ser pensado como una trasformación social e histórica y una intervención arbitraria de laboratorio.
Referencias:Kac, Eduardo, “El arte transgénico”, publicado en www.ekac.org.
Kac, Eduardo, “GFP Bunny (Conejita PVF)”, publicado en www.ekac.org.
http://www.ekac.org