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Ana María Uribe



Gimnasia 3 (1998), Ana María Uribe


Disciplina (2002), Ana María Uribe


Disciplina (2002), Ana María Uribe

Ana María Uribe (1944-2004) fue una poeta visual quien en 1997 comenzó a producir también poesía digital animada. Pasó así desde sus Tipomeas (poemas visuales tipográficos) a sus Anipoemas (poesía visual animada, a la que luego incorporó también sonido). Compiló su trabajo en dos CD-ROMS y en un sitio web que ha quedado fuera de línea. Sin embargo, en una sección del sitio web del poeta visual/sonoro/digital canadiense Jim Andrews  se puede acceder a estas piezas.

La poesía "letrística" de Uribe se reconvierte al movimiento en sus anipoemas con una gran dosis de humor y/o ironía. Utiliza tempranamente GIFs animados, algo que hoy podría verse como muy propio de la cultura digital hegemónica pero que no lo era a fines de la década de 1990. Así, en Gimnasia 3 (1998) las letras que hacen ejercicio físico mueven sus cuerpos y se transforman en otras: las P parecen sacar una pierna y se convierten entonces en R. En ¿Metálico o de plástico? (1999) las I acostadas y alineadas horizontalmente se abren en V convirtiéndose en cierres relámpago. En general los títulos de los anipoemas dan una pista en relación con la lectura. Algo que sucede también en la serie "Otros poemas" en la que resulta importante el uso sincronizado de imagen en movimiento y sonido para lo cual Uribe comenzó a utilizar Flash. Destaca por ejemplo Disciplina (2002), poema en el que filas de letras H multicolores marchan alargando y acortando sus "miembros inferiores" al compás de una música reiterativa y el golpeteo de pasos militares mientras las arenga en discurso autoritario una voz que suena a alemán distorionado y paródico. En un momento de la secuencua las H ya no marchan sino que, detenidas, levantan uno de sus "miembros superiores", el derecho, a modo de brazo extendido. Así, estas pequeñas H coloridas son disciplinadas en filas, marchas y brazos extendidos mientras una voz que podría haber sido de otra H vocifera. En un contexto tal, la elección de la letra H mayúscula no es por supuesto inocente.