exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas

literatura digital | poesía concreta | poesía digital cinética

José Aburto



Grandes esferas celestes (2001), José Aburto


Mis palabras (2007), José Aburto


Pequeñas interfaces poéticas (2015), José Aburto

José Aburto es un poeta peruano, cuya producción artística gira en torno de la experimentación escritural con énfasis en su materialidad. Esto es palpable ya sea en su poesía concreta, sus libros de artista, su videopoesía, sus instalaciones o su poesía digital.

Parte de sus piezas encuadra en la poesía digital animada o cinética en muchos casos interactiva. Así por ejemplo, la ondulación de los dos versos que componen Grandes esferas celestes (2001) muestra un tipo de política de la materialidad textual de superficie, complementada a su vez por el carácter combinatorio que remite a un determinado algoritmo permutacional, esto es, a la materialidad del código. Al cliquear en alguna de las esferas de la parte superior de la pantalla, la misma cae y al tocar una de las palabras del poema no solo la permuta por otra palabra sino que hace que todo el conjunto ondule, movimiento que de algún modo duplica la mutación semántica del texto. La misma puesta en relieve de la materialidad textual de superficie, pero vinculada de modo más explícito a la materialidad del código, sucede en Mis palabras (2007), cuyo subtítulo o bajada dice: “Estas son mis palabras, pero te las presto”. Quienes interactúen con esta obra pueden disponer de una serie de palabras recuadradas en fondo blanco sobre una “pizarra” gris, de modo de agruparlas de diversas maneras para ir construyendo poemas. Debajo de la pizarra puede leerse una explicación que señala, por un lado, que se trata de las palabras con más frecuencia utilizadas en los poemas del propio Aburto –estadística lograda a partir de otro programa de relevamiento semántico que Aburto ha aplicado a su propia obra– y, por el otro, cuáles son las características del código utilizado: se recarga cada cuatro segundos, es multijugador –las palabras podrían moverse aparentemente solas en pantalla; esto sucede si hay más de una persona interactuando online al mismo tiempo– y guarda los cambios realizados por les “jugadores”. Un vínculo de agradecimiento que dice “gracias a broken notebook por el código” lleva por último a la página de donde se puede descargar el código de forma gratuita.

En su serie Pequeñas interfaces poéticas (2015), Aburto dio un paso más allá respecto de varios de sus poemas digitales previos al convertir a tres de ellos en materia de una instalación que hace dialogar la poesía digital, programada y aprehensible a través de la pantalla de la computadora, y la del fuera de pantalla en la que se involucran periféricos palpables más allá del hardware propietario y de los bits. Se da así un diálogo entre el poema digital que puede ser visualizado en pantalla con objetos de la vida cotidiana analógica como interesante operación que saca a la literatura digital de la mera novedad tecnológica. En esta instalación cada uno de los tres poemas depende para su efectuación de una intervención humana en relación con unas interfaces extrañas al entorno digital, construidas en tres pequeños cubos de acrílico –verde, amarillo o rojo– iluminados desde dentro. En uno de los poemas, Mal envuelto, encontramos en el cubo un hilo del que es preciso tirar para que el poema actúe en la pantalla; en Concepción del dragón, el cubo en cuestión tiene una pequeña perilla que hay que girar; y en Grita el cubo posee un micrófono hacia el que es preciso dirigir la voz, preferentemente en diversas modulaciones, para producir el efecto poema. Versiones anteriores de estos poemas eran sólo digitales, sin recurso a estos periféricos descentrados respecto de la cultura digital hegemónica, y son aún accesibles online en el sitio web del artista. Es ese caso, en los dos primeros se interactúa a través del uso del mouse y en el tercero vía la cámara y micrófono de cada computadora. Algo a destacar es que la luz interior que ilumina cada cubo permite ver sólo la sombra del mecanismo interior que, puesto en marcha por quien interactúa, da lugar en la pantalla a cada poema programado en Flash. Aburto habla en este sentido de “la sombra de la electrónica”, un modo de poner en evidencia la caja negra digital, aunque sólo como una sospecha ya que no es posible ver en detalle el mecanismo que incluye piezas mecánicas y microsensores digitales. Así los poemas muestran y ocultan a la vez el revés de la trama de la cultura digital. En forma adicional, desacostumbran nuestras interacciones habituales y estandarizadas: un hilo o una perilla no son equivalentes a un teclado o a un mouse.

Más allá del énfasis en la materialidad, muchos de los poemas digitales de Aburto plantean una poética de la búsqueda del poema. Mal envuelto es un poema letrista, en el que la unidad mínima es cada letra contenida en un pequeño círculo. Visualmente el poema tiene alguna reminiscencia del mecanismo interior de una máquina de escribir, ya que las letras aparecen en las terminales superiores de un abanico de líneas cóncavas como remedando la guía de tipos accionada cuando se teclea. Cuando se accede por primera vez, el verso superior –quizá otra variante del título, ya que los círculos que contienen a cada letra presentan un fondo violeta, a diferencia del blanco del resto– dice “Estás mal envuelto”. Si se mueve el mouse por la pantalla las letras van mudando de lugar, componiendo y descomponiendo un poema que sólo un esfuerzo de pausada –y traidora– transcripción versificada recompondría en una totalidad que nunca se visualiza completa. No es aleatorio considerar que la materialidad poética es también con frecuencua en los poemas de Aburto una materialidad corporal, como lo evidencia el texto mismo de Mal envuelto ("porque me desanudas esta sangre/esta suave corbata celeste/este vacilante tic tac/se me desordenan los huesos/debajo de estos talveces”. Concepción del dragón, por us parte, muestra en pantalla un poema versificado que se hace y deshace como si fuera parte de un proceso de escritura, con sus vacilaciones, escrituras y reescrituras. En la versión digital/analógica de Pequeñas interfaces poéticas, quien lee/interactúa hace avanzar la escritura del poema al girar la perilla hacia la derecha y hace desandar el camino de escritura al girarla hacia la izquierda. En la versión online esto se resuelve con el uso de las flechas del teclado hacia izquierda (deshacer) o derecha (hacer), o cliqueando en los respectivos botones que aparecen en pantalla. Por último, cuando en Grita se sigue la instrucción del título, es decir, cuando efectivamente alguien grita, en pantalla se visualiza de manera aleatoria alguno de los diecinueve versos del poema. Una pantalla de fondo rojo intenso aloja una línea blanca en la que se lee el título del poema. La interacción habilita que en todos los casos un breve verso, “hasta que”, aparezca debajo del título y luego, en función de las diferencias de intensidad, altura y ritmo, vayan apareciendo también sobre una línea horizontal los versos o fragmentos de ellos. Versos elusivos que aparecen y desparecen con lo cual la lectura resulta trastornada, ofreciendo casi solamente vestigios de versos. Así se podría obtener ente otras variantes: “Grita / hasta que / la saliva / sea la sangre”; “Grita / hasta que/ cada letra /sea un orgasmo”.

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